Originalmente la convocatoria era a las 10:30 horas del miércoles 23 de mayo, pero el organizador un día y medio antes decidió cambiar la cita para las 17:00, pretendiendo con esto mayor asistencia al evento.
“Es Día del Estudiante, qué mejor forma de celebrarlo que uniéndonos en una sola voz con todos los universitarios de México”, comentaba en Facebook uno de los miembros organizadores de la marcha, horas antes del evento.
Faltaban minutos para que fueran las cinco de la tarde y poco a poco comenzaron a llegar jóvenes a la Plaza de Armas de Tampico. Al principio solamente eran ocho pero después de media hora ya eran más de 30. Algunos traían pancartas y otros comenzaron a escribirlas en ese momento. Frases como “Yo soy #123”, “Libertad de expresión”, “Exigimos honestidad, exigimos información” representaban la ideología de las personas que las portaban. Una cámara de Televisa del Golfo estaba presente así como varios reporteros de distintos medios que trataban de registrar cada movimiento de la manifestación.
Alrededor de las 17:25 horas todos se agruparon frente al Palacio Municipal, algunos estudiantes contestaron preguntas de los medios. De pronto un joven con un traje negro y corbata roja se paró al centro del círculo, se puso una caja negra con los logos de Televisa y de TV Azteca en la cabeza, tomó un megáfono y comenzó a decir frases como “Yo soy dueño de sus vidas”, “Paso programas que los distraen en vez de la información real”, “Acostúmbrense que las novelas serán más importantes que cualquier debate”.
Este personaje representaba a los medios y provocaba a las personas con sus gritos y actitudes.
A pesar del sol, las personas estaban dispuestas a emprender la marcha. A punto de las 17:00 horas comenzaron a caminar; un extraño grupo de ocho hombres de la tercera edad se acercaron a observar cómo la manifestación se movía, guardaron silencio y solamente tomaron fotos de la protesta.
Sorpresivamente un grupo de jóvenes vestidos de rojo, ajenos al movimiento, se unieron a la marcha, ellos pedían la eliminación de las cuotas y la mejora de la educación pública; a pesar de que sus objetivos eran otros, los organizadores no les negaron participar.

Después tomaron la calle Obregón para llegar al periódico La Razón; continuaron su camino levantando sus pancartas.

Eran las 18:10 horas cuando comenzaron su recorrido por la Avenida Hidalgo. Los automovilistas se mostraron molestos, accionaron sus claxons y gritaban desde sus vehículos, incluso algunos intentaron abrirse paso entre el grupo que ahora eran poco más de 60 personas, una camioneta del Ejército Mexicano apareció y esto apaciguó a las personas.
Al arribar a las instalaciones de Televisa, el personaje de traje que representaba a los medios comenzó a gritar: “Libertad de expresión, libertad de pensamiento, liberen la información, México no es pendejo”. Las personas levantaban sus carteles y continuaban con las porras y frases que unos cuantos se animaban a inventar. De uno en uno se asomaban trabajadores de la televisora, hasta que reconocidos periodistas y conductores decidieron salir para observar y escuchar de cerca las quejas de los protestantes. Se abrió un diálogo entre algunos reporteros y los participantes que deseaban expresar su opinión.
A las 18:45 horas se comenzaron a retirar los manifestantes, por lo que el grupo de aproximadamente 30 personas que quedaba decidió caminar una cuadra alejándose de Televisa para comenzar una plática entre los participantes ya sin los medios de comunicación presentes.

Se acordó realizar una junta previa a esta nueva marcha: la cita es el sábado 26 de mayo en la Plaza de Armas de Tampico, en la cual se discutirán las acciones que se realizaran a la llegada del candidato a la presidencia por el PRI.
Al ser las 19:00 horas, los pocos protestantes que quedaban caminaron hacia la avenida Hidalgo y poco a poco se empezaron a dispersar.
Al ser las 19:00 horas, los pocos protestantes que quedaban caminaron hacia la avenida Hidalgo y poco a poco se empezaron a dispersar.
Daniela Solórzano
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