lunes, 2 de julio de 2012

Las ridiculeces políticas en época de elecciones

Es ridículo el intento que hacen algunos “políticos” para ser del gusto de los votantes, sobre todo de los nuevos, los jóvenes. En la elección presidencial del 2012, México tendrá el mayor número de potenciales nuevos votantes en su historia: 8.5 millones de jóvenes que habrán cumplido entre 18 y 20 años antes del 1 de julio.

Se cree que este sector de la población decidirá, si asisten a votar, quiénes serán las personas que dirigirán el país. Por lo tanto, muchos de los aspirantes al poder se encuentran desesperados por ganarse la simpatía dentro de esta porción de la sociedad. Por ejemplo: Fernando Azcárraga López, el cual después de desempeñar varios cargos políticos, tales como la Presidencia Municipal de Tampico, intentará ganar la diputación federal por el distrito 8.

Las canciones de moda con las letras distorsionadas a favor del candidato, personas con camisas del PRI y banderines en todas las calles principales y miles de volantes y letreros, son solo algunos ejemplos de todo lo que se realiza. Particularmente me llama la atención lo que últimamente ha estado realizando el candidato y su equipo de campaña: al ver que alguna persona está organizando algún tipo de fiesta o reunión, estos se ofrecen a pagar los gastos con tal de que le permitan a Azcárraga López asistir al evento y “dar un pequeño discurso”. 

A principios de la semana pasada a varios estudiantes de una preparatoria Tampiqueña, les llegó una invitación a un evento por Facebook, en la cual se hablaba de la organización de una “carne asada” para festejar su graduación. Pocos días después anunciaron un cambio en los planes, ya no sería de “cooperación” ahora Fernando Azcárraga se había ofrecido a darles carne, frijoles, asadores, bocinas, DJ, mesas, sillas y mucho pero mucho alcohol, y solo pedía a cambio que le permitieran ir unos “minutos” a darles una pequeña plática. Por supuesto que al ver la palabra “gratis” muchos de los invitados comenzaron a confirmar su asistencia.

Llegó el viernes 1 de junio y en una terraza donde convivirían solo 50 estudiantes, ahora había más de 150 personas. Gente que trabaja para el PRI asaba la carne, servía los frijoles y hasta repartía cervezas. La cita era a las 20:00 horas pero el candidato llegó, inteligentemente, cuando la “fiesta” estaba en su auge, tres horas después. Se escucho la canción de “Follow the leader” (versión original de The Saca Boys), se prendió una luz que alumbraba directamente la cara del aspirante a diputado, mientras este saludaba y sonreía a todos los jóvenes, los cuales parecían idolatrarlo, lo aclamaban y hacían porras, con sus cervezas en mano elevadas como brindando por él.

¿Realmente con reuniones sociales “gratuitas”, se puede comprar el voto de un joven? Quizás aprendieron a fingir devoción pero mantener sus ideas firmes, o tal vez la cerveza les hace tan felices que con solo unos cartones este candidato fue capaz de ganarse su “lugar” en la cabeza de estos graduados. 





Daniela Solórzano

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