viernes, 6 de julio de 2012

Busca vidas, Mendigos, Vagabundos y Personas sin hogar

Las grandes ciudades tienen un número enorme de personas, ricos, pobres, niños, adultos y homeless todos ellos conviven en las calles, mercados, parques o plazas.

Aquel personaje de apariencia gastada, sucia, con barbas hasta los pies y ropas desgarradas, al que los niños le dicen "loco", al que las señoras llaman holgazán u ocioso, el que anda de un lugar a otro sin tener oficio ni domicilio.

Por desgracia es el destino de Don Héctor quien de un día para otro se convirtió en mendigo, unos dicen que fue por la muerte de la pequeña Petrita, por pelearse con su esposa, la pérdida de su empleo o tal vez todo se juntó y vivir en la calle fue una solución desesperada para alejarse del dolor, fue el único lugar que le brindo abrigo después de ser expulsado de su hogar.

Héctor no tiene trabajo, para salir adelante pide caridad en las calles del centro o los suburbios, al igual que muchos otros como los ciegos, sordos, mancos o cojos, aquellos que se quieren pasar de listos para ganar dinero fácil, hasta los niños que son obligados por padres inconscientes, mafias callejeras o por mera necesidad, esperando al menos algo de comer.

Sus "casas" son montones de basura acumulados en callejones o basureros en el cazo de los más afortunados, otros duermen en las calles o en el lugar más seguro que puedan encontrar, viven con miedo pues ellos tampoco son libres de las represalias que los ladrones o pandilleros llegan a propinar.

Excluidos socialmente, marginados por nuestra sociedad moderna son tratados como plagas a eliminar los gobernantes envían a personas para "perderlos", ir a dejarlos a otro lugar.

Otros se expresan a través de la música esperando una pequeña remuneración que los ayude.

Como Carlos y Juan que desde pequeños no se han dedicado a nada más que tocar la guitarra soñando con llegar a ser grandes Rockstars viajando todos los días de un extremo de la ciudad al otro tocando canciones de Hombres G, Caifanes, Moderato y hasta de Luis Miguel buscando agradar a todos.

Algunos por necesidad, otros por simple pasión transitan en las calles, parques o en camiones, con apariencia mugrosa y un ánimo desmedido.

Unos cooperan y otros no, como la señora Rufina quien les dijo que mejor se vallan a la escuela o se consigan un trabajo en ves de perder su tiempo en algo sin sentido.

Son rostros falsos que deambulan por las ciudades y pueblos sin un lugar o destino al que llegar, buscándose, buscando algo que les muestre que están vivos.


Hugo Velázquez

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