Aquel
personaje de apariencia gastada, sucia, con barbas hasta los pies y ropas
desgarradas, al que los niños le dicen "loco", al que las señoras
llaman holgazán u ocioso, el que anda de un lugar a otro sin tener oficio ni
domicilio.
Por
desgracia es el destino de Don Héctor quien de un día para otro se convirtió en
mendigo, unos dicen que fue por la muerte de la pequeña Petrita, por pelearse
con su esposa, la pérdida de su empleo o tal vez todo se juntó y vivir en la
calle fue una solución desesperada para alejarse del dolor, fue el único lugar
que le brindo abrigo después de ser expulsado de su hogar.
Héctor no
tiene trabajo, para salir adelante pide caridad en las calles del centro o los
suburbios, al igual que muchos otros como los ciegos, sordos, mancos o cojos,
aquellos que se quieren pasar de listos para ganar dinero fácil, hasta los
niños que son obligados por padres inconscientes, mafias callejeras o por mera
necesidad, esperando al menos algo de comer.
Sus
"casas" son montones de basura acumulados en callejones o basureros
en el cazo de los más afortunados, otros duermen en las calles o en el lugar
más seguro que puedan encontrar, viven con miedo pues ellos tampoco son libres
de las represalias que los ladrones o pandilleros llegan a propinar.
Excluidos
socialmente, marginados por nuestra sociedad moderna son tratados como plagas a
eliminar los gobernantes envían a personas para "perderlos", ir a
dejarlos a otro lugar.
Otros se
expresan a través de la música esperando una pequeña remuneración que los
ayude.
Como Carlos
y Juan que desde pequeños no se han dedicado a nada más que tocar la guitarra
soñando con llegar a ser grandes Rockstars
viajando todos los días de un extremo de la ciudad al otro tocando canciones de
Hombres G, Caifanes, Moderato y hasta de Luis Miguel buscando agradar a todos.
Algunos por
necesidad, otros por simple pasión transitan en las calles, parques o en
camiones, con apariencia mugrosa y un ánimo desmedido.
Unos
cooperan y otros no, como la señora Rufina quien les dijo que mejor se vallan a
la escuela o se consigan un trabajo en ves de perder su tiempo en algo sin
sentido.
Son rostros
falsos que deambulan por las ciudades y pueblos sin un lugar o destino al que
llegar, buscándose, buscando algo que les muestre que están vivos.
Hugo Velázquez
No hay comentarios:
Publicar un comentario